Muchos niños y niñas nunca habían visto un erizo, hicieron preguntas si estaba vivo, dónde tenían los ojos, pensando que era un animal... Es lógico y normal ante la palabra erizo.
Les explique que estaba en el monte y me había caído en la cabeza y sus risas eran infinitas.
Luego estuvimos hablando de las castañas, de si las habían comido y surgió una conversación bonita.
Algunos ya habían comido las castañas de las castañeras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario