Todos los días contamos cuentos de Lobos. Nos lo pasamos genial. Porque luego jugamos a dramatizarlo y corremos por la clase, somos ovejas, cerditos, caperucita, etc. y la maestra es el LOBO y nos viene a comer. Cuando nos coge nos levanta y nos da mordisquitos suaves y luego besitos.
La locura está asegurada, algunos se esconden debajo de la mesa y otros me vienen a comer a mí.
Qué risas, qué bonitos son los niños. Hasta hoy fueron a pillarme al baño.
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