La maestra Ana ha estado dos semanas con nosotros y le hemos cogido mucho cariño.
La echaremos mucho de menos, nos dejo su templanza, paciencia, buen hacer, ganas de ayudar y colaborar y saber estar. Es muy cariñosa con los niños y niñas y otras muchas capacidades que la dotan para ser una magnífica maestra. Estamos seguro de eso.
Le hicimos una pequeña despedida, donde cada uno le hizo un dibujo, se lo pusimos en una carpeta y jugamos con ella al juego de "caliente, caliente", "frío, frío" hasta que la encontrara. Entró en la clase con la venda para que no descubriera nada.
Los niños y niñas fueron cómplices en todo momento, ilusionados prepararon la sorpresa.
¡GRACIAS ANA, REGRESA CUANDO QUIERAS!
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