Primeramente la monitora del Cabildo, experta en Museos, Ruth nos dio la bienvenida en las escaleras del Auditorio.
Luego, nos dispusimos a caminar hacia el Castillo Negro o Castillo San Juan.
Antes de entrar, la monitora explicó a través de un cuento, la existencia de los tres castillos que defendían la costa de Santa Cruz: el castillo de San Cristóbal, el castillo de Paso Alto y el castillo Negro.
Luego entramos dentro del Castillos y nos enseñó todos los habitáculos. Los niños y niñas se sorprendieron cuando vieron la reconstrucción que habían hecho dentro del castillo y la existencia de un cuarto que se les pareció a una mazmorra.
En la parte superior del castillo vieron las troneras y las torres de vigilancia. Allí jugaron, y fueron soldados por un ratito.
Después fuimos a la Casa de la pólvora. Allí Ruth también les dio información y comentó anécdotas.
Al término fuimos al baño del Auditorio y desayunamos todos/as juntos debajo de la pérgola. Luego volvimos al transporte que nos esperaba para irnos al Castillo de San Cristóbal. Del castillo queda muy poquito porque construyeron la Plaza de España encima y se perdió muchos de sus muros. Cuando volvieron a reconstruir la plaza, encontraron muros del Castillo original y realizaron un museo con esos restos y en el lago de la plaza España pintaron una línea negra a modo de identificar donde eran las dimensiones del Castillo en aquella época.
En el museo, vimos el cañón del Tigre y completamos el cuento que había sido el hilo conductor y al final descubrimos que habíamos ido creando el escudo de Santa Cruz de Tenerife en un panel que tenía Ruth (la monitora).
Les llamó mucho la atención la historia del almirante Horacio Nelson y su brazo.
Nos comportamos excelentemente y aprendimos mucho.
Disfrutamos de un día espléndido en Santa Cruz con nuestros amigos/as.
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