¡Ayy qué nervios!
El enviado de los Reyes Magos nos visitó y nuestras caras se iluminaron. Algunos de nosotr@s soltamos alguna lágrima que otra y no nos acercábamos mucho, pero le entregamos unos regalos para los niños y niñas que viven muy lejos, muy lejos y los Reyes Magos no pueden llegar con sus camellos. Lo que nos asustó fueron sus grandes barbas. Nos hizo mucha ilusión, aunque lo confundimos con Papa Noel, claro es que está tan próxima su llegada.
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