EL VIERNES CONTAMOS ESTE CUENTO DE MOSTRUITOS.
UNO ESTABA SIEMPRE ENFADADO, EL GRANDE, RUGIDO.
Y NO TENÍA AMIGOS, HASTA QUE UN DÍA EL MONSTRUITO NARANJA SE LE ACERCÓ Y LE SONRIÓ.
QUÉ CUENTO TAN BONITO, DEL VALOR DE LA AMISTAD Y DE QUE NO SE PUEDE ESTAR RABIOSO EN LA VIDA.
ADEMÁS SE TÍTULA CON UNA FRASE QUE YO LE ESTOY DICIENDO CADA DOS POR TRES A MIS CRIATURAS.
¡¡ME LOS COMO A BESOS!!
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