sábado, 15 de noviembre de 2014

NUESTRAS CASTAÑAS EN EL DÍA DE SAN MARTÍN

Elaboramos estas castañas el 11 de noviembre, el día de San Martín.
Y  nos las llevamos para casa. ¡Cómo nos gusta llevarnos los trabajitos para casa y que mami y papi nos los vea!








 
También hemos contado el cuento, la Castaña que se reventó de risa y les encantó.
 
1. Una vez iban de paseo una brasa de carbón, una paja y una castaña. Llegaron a un río y no sabían cómo atravesarlo. La castaña, que era muy lista, propuso lo siguiente: -  Como la paja puede flotar en el agua, yo me montaré encima de ella y me llevará nadando a la otra orilla. Luego regresará a; - dijo, dirigiéndose a la brasa. A las dos les pareció muy bien, y así se hizo. Primero la paja pasó a la castaña y luego volvió por la brasa de carbón. Pero cuando estaban a mitad del río, la paja sintió que se estaba quemando con el calor de la brasa y casi sin querer hizo un movimiento brusco, y de una sacudida la tiró al agua.                     
Cuando la castaña lo vio, le dio un ataque de risa. Se reía tan a gusto, de ver a la brasa remojada, se reía con tanta fuerza, que reventó. La paja llegó a la orilla completamente chamuscada. La brasa llegó más tarde, apagada por completo, chorreando. Llegaron además muy enfadadas las dos con la castaña porque se había reído cuando ellas lo pasaban mal, pero cuando vieron que con la risa había reventado su piel, y estaba destrozada, se compadecieron y fueron a buscar al sastre para que la remendara y le recosiera el roto.                      
  El sastre sólo tenía un trozo de tela de color más claro que el de la piel de la castaña, y tuvo que arreglárselo poniéndole un pedazo de ese color. Por eso ahora andan todas las castañas con un trozo de piel, que parece un trocito más claro.
 
Cuento en:
 

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